Historias inspiradoras

  • Gianna Ferro – Equipilates
  • Javier Sainz (Darte Lifstyle Tips)
  • Felix del Barrio (Darte Lifstyle Tips)

Gianna ha descubierto los beneficios del pilates con máquinas para lograr un mejor rendimiento en el deporte olímpico de la ‘doma clásica’. La postura, conciencia corporal, precisión, armonía, estabilidad y fluidez son clave en esta disciplina hípica, unos principios que se pueden profundizar con la práctica regular de pilates y aplicarlos a la perfección a la hora de entrenar los caballos. Gianna aporta muchos aprendizajes a nuestro estudio y va bien encaminada en la especialización que desea seguir para contribuir en el perfeccionamiento del arte ecuestre: el equipilates.

Yo me especializo en la doma clásica y la doma clásica está basada en una serie de ejercicios. Es una disciplina que se puede hacer con cursos hasta a nivel olímpico y es muy importante la postura del jinete. Influye mucho sobre el caballo en todos los ejercicios. Se tiene que ver la armonía, tiene que ser elegante y está basado en principios muy parecidos a los de pilates. Va todo sobre el entrenamiento del caballo, de mantenerlo físicamente en forma flexible, sano. Entonces yo me dedico a eso, a entrenar caballos a alto nivel. Las clases de pilates me han dado un poco más de sensación de dónde está mi cuerpo y sentir lo que son mis debilidades, mis compensaciones. Al montar a los caballos yo sé los ejercicios, hay ciertos ejercicios que me cuestan un poquito más de trabajo, claro, uno sabe que algo falla pero no exactamente el qué, entonces las clases de pilates han sido buenas para poder analizar mi postura y esas debilidades para luego saber corregirlas correctamente. Ahora noto la evolución y la mejoría. Para mí fue un momento muy importante porque ahora llevo muchos muchos años perfeccionando y muchos detalles y son cosas muy pequeñas pero la verdad es que se nota un montón y directamente con los caballos o con alumnos cuando doy clases esos pequeños detalles van van muy lejos.

Javier Sainz (53), nos habla sobre su preparación con pilates para una cirugía de rodillas y sobre su recuperación postoperatoria. Deportista empedernido, poco a poco está volviendo a sus entrenamientos habituales.

¿Cómo descubriste el pilates? Bueno, en principio, a través de un amigo mío que es tenista, que es profesor de tenis, que siempre ha tenido problemas de cadera de rodillas. Y hace un par de años me lo encontré en un torneo, que juega conmigo al pádel, le digo “te veo estupendo” y me dice “llevo un año haciendo pilates y desde entonces he recuperado mucha movilidad, sobre todo ha recuperado fortaleza abdominal, postural, ando mejor” y me dijo “tienes que hacerlo, tienes que hacerlo porque con tus problemas”. Claro, me gusta hacer varios diferentes tipos de deportes “y te va a venir muy bien”. Mis problemas, tenía sobre todo las dos rodillas, una tenía operación de menisco pero tenía una condromalacia y a grado 4, es decir, que no tengo prácticamente cartílago por culpa del desgaste. Me comentaron lo de las células madre un neurocirujano amigo mío que estaba convencido que generaba cartílago y en ese momento bueno me atreví y lo hice. En un principio quise empezar a recuperar porque tenía que estar seis meses con poca movilidad, sin esfuerzos y me acordé lo del amigo mío el profesor de tenis y además él venía aquí (DARTE Pilates Marbella) y empecé con las clases y evidentemente pues recuperé mucho antes. En un mes y pico podría estar corriendo pero no quería estropear más pero estaba en muy buenas condiciones. Empecé en octubre y me operé en enero, entonces Cristina (instructora pilates) sabía que me iba a operar y antes de la operación quise fortalecer. Estuve unos meses y estaba ya un poquito fastidiado y entonces entrenamos mucho la musculatura, etcétera. Y me operé un  4 de enero y yo creo que el 8 de enero estaba en pilates, es decir, que estuve antes y después.  Yo llegué en un momento, me enseñó, porque empezaba, y después de la operación salí andando, sin muletas y fue una operación, fue una artroscopia y salí andando. Y luego estuve aquí, claro, luego el proceso… habíamos ganado mucho en esos tres meses de ejercicios más complicados de fuerza y luego empezamos otra vez muy despacito. Aparte que me ayudaba a recuperar muy bien la lesión, me ha venido muy bien para el resto del cuerpo. Ha venido estupendo sobre todo la espalda, postura,l estoy mucho más erguido, me encuentro más fuerte, sobre todo el cuerpo estoy más fuerte, más coordinado, sí, no creo que lo deje nunca, la verdad, espero que no.

Félix, de 91 años, lleva 15 años haciendo pilates. Su médico especialista en antienvejecimiento le sugirió que lo probara para moverse más y de manera segura, y desde entonces no para. Cuando va en el ascensor, o en las pausas de sus paseos, siempre está estirando y activando los músculos. Sus hijos (que superan la decena) se ríen (en buen rollo) cuando les dice que el pilates le ha enseñado a respirar, a moverse, e incluso a caerse sin hacerse daño. Por esto y mucho más no se corta ni un pelo en decir que el pilates es esencial y necesario para todo el mundo, que deberían enseñarlo en los colegios. “Ojalá yo lo hubiera descubierto antes”, se repite.

Yo nací el año 1928, un 14 de diciembre y me crie en ese Sestao que es un sitio industrial donde mi padre trabajaba de tornero en Forja Grande de Altos Hornos de Vizcaya. En el momento que yo vine aquí a Marbella, es decir, el momento que yo me había jubilado yo era un desastre de salud porque durante 40 años he ido a los mejores restaurantes, yo soy buen vasco, tengo buen apetito, he comido…. no me he privado nunca de nada… Resumen: pesaba 100 kilos y además como fumaba 4 paquetes al día pues era EPOC grave y mis análisis eran un desastre, tenía todos los parámetros mal, todos, tensión. Y mi mujer me dijo tú no vas a vivir 5 años (por poner una cifra, cinco años) y me llevó a un médico antienvejecimiento que ella sí iba (mi mujer ha sido muy cuidadosa, así está ella) y fui a visitar al médico de mi mujer: “tienes que cambiar radicalmente y radicalmente digo que tienes que bajar 25 kilos pero de una vez, yo te va a dar un plan que, si me obedeces, vas a tener buenos resultados”. Me prohibió el queso… me enseñó a comer, con lo cual hoy tengo 75 Kg. Me dijo que “te convendría mucho hacer ejercicio, tienes que pasear…” y me recomendaría pilates (él es si conocía a Guadalupe Ruiz-Gimenez). Alrededor del 1997. Pues me enseñó a andar porque me decía que tenía que ir paralelo y fui. Me enseñó a respirar. Cuando yo a mis hijos les cuento lo de pilates y que me enseñaron a andar, se ríen. Y como tienen fotografías que me suele hacer tanto Guady como Souad de posturas, pues se ríen. Pero poco a poco me fui dando cuenta que era muy importante y hoy vivo mejorando, con independencia de que la alimentación ya había rebajado y tal, aquellos me estaba dando a mí una agilidad que no tenía. Incluso cuando andaba por la calle me notaba distinto y me fui aficionado. Y hoy, para mí, se me pasa la hora que estoy, me parece muy corta. La mejora ha sido fundamental y voy contentísimo. Irá toda mi vida (a pilates). Es más, he logrado que todo ese pilates incorporarlo luego a mi vida diaria: yo me levanto y hago un ejercicio porque tengo que mejorar esa zona aquí tengo una fascia lata que me operaron de la rodilla que me fastidiaron y yo hago unos ejercicios que me enseñó Guady o Souad para levantarme. Yo entro al ascensor y automáticamente empiezo otro movimiento. Aprovecho cuando el café, aprovecho muchas cosas que me ha enseñado el pilates. Esos tiempos muertos de la gente no hace nada pues yo los aprovecho pilateramente. Y ya está incorporado a mi vida. Y respiro, por ejemplo, distinto, porque el EPOC me quitó una gran capacidad respiratoria. Yo me ahogaba entre el peso y el EPOC yo me ahogaba. La ligereza que conseguí a través de los años, sobre todo en pilates, ha hecho que respire mejor. El último análisis que me han hecho en la clínica Quirón me han dicho “oye tu EPOC está prácticamente curado”, no se puede curar porque está ahí, pero el expirometría de respiración, que es un poco como el índice de si te estás bien o mal, va mejorando cada una de las veces que voy. Todo es una gratificación, todo es un milagro. La historia mía con el pilates es de una mejoría clara, mejoría mental, física y de todos los aspectos de mi existencia que tengo que emplear de hoy. Y puedo emplear de ir de aquí y el pueblo porque me ahogo, automáticamente recuerdo lo del pilates y puedo respirar, con una respiración profunda de inhalación. Una sociedad que hicieran todos pilates sería mucho más equilibrada, en un mundo en que no más que peleas, estupideces. Yo creo que se debería poner obligatorio en las escuelas: una asignatura que fueran ejercicios para mantener el equilibrio la agilidad y tal deberían ser impuestos socialmente. Yo cuando empecé y no me gustaba, pues hubo un periodo que tuve que hacer de tripas corazón, ir allí y mirando a ver si terminaba. Hoy en día no miro el reloj porque creo que mi voluntad se ha mejorado. Hace dos meses fui a marcar un cuadro y cuando salía me distraje y caí de 1 metro de altura, y vino la gente preocupada y yo me levanté como me había explicado Guady, poner la mano y tal y me dijo una persona “pero usted es mayor, no?” y digo “sí, ya he pasado de los 90” “¿y no se ha roto un hueso?” y les dije “es que hago pilates y se mejora los músculos y esos músculos son los que sujetan los huesos”. Se quedaron todos convencidos. No podían creer que yo podía levantarme con la bofetada que me he pegado. Me he caído varias veces y nunca he tenido un problema de hueso. Ahora eso sí he tenido que hacer ejercicios de pilates y un médico envejecimiento y que decía “tiene que tomar el colágeno con ácido hialurónico”.

“Haciendo lo que te gusta es libre, pero gustándote lo que haces es felicidad”.

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